Educación Inclusiva
La educación inclusiva surge del convencimiento de que el
derecho a la educación es un derecho humano básico que está en la base de una
sociedad más justa, para lograr este derecho, el movimiento de Educación para
Todos está trabajando a fin de que haya una educación básica de calidad para
todos. La educación inclusiva de centra en todos los alumnos, prestando
especial atención a aquellos que tradicionalmente han sido excluidos de las
oportunidades educativas, tales como los alumnos con necesidades especiales y
discapacidades, niños pertenecientes a minorías étnicas y lingüísticas, y
otros.
La educación inclusiva es asegurar el derecho a la educación
de todos los alumnos, cualesquiera sean sus características o dificultades
individuales, a fin de construir una sociedad más justa. Sin embargo, esto no
significa que a menudo las iniciativas de educación inclusiva no tengan un foco
particular en grupos que tradicionalmente han sido excluidos de las
oportunidades educativas. Entre estos grupos vulnerables, los niños y niñas con
necesidades educativas especiales han sido, con frecuencia, los más marginados
tanto dentro de los sistemas educativos como de la sociedad en general.
Tradicionalmente ellos han experimentado exclusión, discriminación y
segregación de la educación general, así como de sus pares. Con frecuencia han
sido ubicados en clases o escuelas separadas e incluso se les ha negado el
acceso a cualquier tipo de educación. Por ello, el enfoque de educación
inclusiva es particularmente importante para estos grupos.
Enfoque
La Declaración y Marco de Acción de Salamanca
Dio un impulso a este proceso. En la Conferencia de
Salamanca participaron noventa y dos gobiernos y han habido iniciativas
gubernamentales en muchos de ellos, a partir de ese momento. El presidente de
Uganda, por ejemplo, declaró en 1997 que se daría educación gratuita a cuatro
niños de cada familia, dando prioridad a aquellos con discapacidad y a las
niñas. De manera similar, en China el gobierno pretende crear 1.8 millones de
plazas para niños y niñas con discapacidad en escuelas ordinarias y perfeccionar
hasta 1 millón de maestros (UNESCO, 2000). En Inglaterra, el gobierno que
asumió en 1997 también se sumó a los principios de Salamanca y lanzó una
política para avanzar hacia una educación inclusiva. Lo que está claro, es que
sólo unos pocos países pueden decir que han avanzado en el camino de tener un
sistema educativo inclusivo, y que, en muchos otros, existen iniciativas
dirigidas a promover un mayor grado de inclusión.
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